Esta enfermedad del tejido adiposo se caracteriza por acumular progresivamente células grasas en las extremidades, especialmente en las piernas. Como consecuencia, se produce un aumento de volumen excesivo que puede acompañarse de síntomas muy molestos. ¿En qué consiste y cuál es el tratamiento más efectivo?
El lipedema es una patología que afecta principalmente a las mujeres y que se caracteriza por la acumulación desproporcionada de grasa en las piernas, aunque también puede aparecer en los brazos.
La enfermedad no sólo genera molestia y dolor, sino que también puede ser discapacitante. Peor aún, en casos extremos podría provocar el colapso linfático, por eso es necesario tratarlo adecuadamente y con un equipo de expertos.
Por otro lado, pese a ser una patología descrita en la literatura médica, en la actualidad aún existe un desconocimiento del tema, por lo que muchas veces se confunde con otras enfermedades como el linfedema. ¿Pero hay una relación? Sí, en algunos casos el lipedema también puede derivar al linfedema, una acumulación de líquido que también genera hinchazón debido a la alteración del drenaje linfático.
Causas del lipedema
En el año 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó al lipedema como una enfermedad. ¿Y por qué se produce? Existen múltiples factores que generan la acumulación e inflamación del tejido adiposo que, por lo general, se asocia a causas hereditarias, hormonales, aumento considerable de peso, entre otras.
Al estar relacionado con trastornos hormonales, es frecuente que se acentúan con la llegada de la pubertad, embarazo o menopausia, o también por enfermedades como hipotiroidismo, diabetes tipo II y síndrome de ovario poliquístico.
Síntomas y características del lipedema
Existen distintas señales características del lipedema que van desde el historial médico hasta las manifestaciones físicas. Por mencionar algunas destacadas:
- Si alguien de tu familia tuvo lipedema, existe mayor probabilidad de presentarla.
- Existe una evolución que parte desde la adolescencia o se incrementa con algún cambio hormonal (uso de anticonceptivos, embarazo, menopausia u otros similares).
- Dolor al tacto y mayor sensibilidad.
- Dolor espontáneo aún estando en reposo. Puede aumentar al estar en movimiento.
- Sensación de pesadez o de piernas hinchadas que no mejora con masajes o al mantenerlas el altura.
- Sensibilidad al frío.
- Distribución desproporcionada de la grasa y con mayor volumen.
- Manos y pies sin cambios aparentes.
- Facilidad de moretones ante mínimos golpes.
- Consistencia blanda y esponjosa que no es similar a la grasa existente en otras partes del cuerpo.
- No responde a dieta ni ejercicio.
Diagnóstico del lipedema
De esta forma, el diagnóstico lo debe realizar un médico experto en esta patología que -junto al historial clínico de la paciente y el examen físico realizado en consulta- podrá detectar qué grado de lipedema presenta y cuál será el tratamiento más efectivo para su manejo.
Etapas o grados del lipedema
- Etapa I: Piel lisa y regular con engrosamiento del tejido adiposo.
- Etapa II: Piel irregular con nódulos palpables (piel de naranja).
- Etapa III: Pliegues de grasa nodular deformante.
- Etapa IV: Existe además compromiso del sistema linfático (lipolinfedema).
Tratamiento y recuperación
Existen distintos tratamientos, no obstante, el más efectivo es mediante una liposucción selectiva de las áreas afectadas, respetando siempre las zonas del drenaje linfático.
Esta técnica de liposucción es de tipo tumescente y se complementa con algunas tecnologías para mejorar los resultados (PAL – power assisted liposuction, ultrasonido – VASER).
Con esto, se logra disminuir la grasa en exceso, reduciendo el dolor y la hinchazón, mejorando la apariencia estética y, por lo tanto, la calidad de vida de la paciente.
Para el postoperatorio se requiere el uso de medias/mangas compresivas y terapias de drenaje que ayudarán a tener una mejor y rápida recuperación.
Ficha técnica Lipedema
- Tipo: Hospitalización de una noche o ambulatorio
- Anestesia: General o regional
- Tiempo: 1 a 4 horas
- Dolor: Moderado
- Recuperación: 7 a 10 días
- Actividad moderada: 10 a 14 días
- Reinicio actividad deportiva: 1 mes
- Cobertura: Ocasional